Semana 13. La barriguita ya empieza a notarse, el tamaño del útero es mayor que un racimo de uvas. Quizás ya necesitas desabrocharte el pantalón porque te queda ajustado o utilizar las camisas de tu pareja. Por eso, ya es hora de cambiar las prendas de ropa por unas de tallas más grande o simplemente utilizar vestidos holgados.
No te sientas mal porque te veas al espejo y sientas que estas “gorda”, es un proceso natural que muchas mujeres pasan en algún momento de la vida y hay que saberlo sobrellevar, tu cuerpo te lo agradecerá más adelante.
¡Feto del tamaño de una manzana!
El futuro bebé mide, desde la coronilla hasta las nalgas, entre 7 y 8 cm y pesa un aproximado de 13 y 20 gramos.
El feto cuenta con suficiente espacio en el saco amniótico para realizar los movimientos que desee pero la madre probablemente aún no los percibirá. Quizás tenga que esperar unas semanas más para disfrutar de esa gran experiencia.
Su alta actividad es proporcionada gracias a que sus articulaciones ya completaron su formación, y a que sus huesos ya cuentan con un alto porcentaje de calcio.
En cuanto a su piel, sigue siendo un poco traslucida, sin embargo, ya empezará a acumular grasa.
Su sistema nervioso se está perfeccionando, ya casi los dos hemisferios del cerebro se encuentran definidos, muy pronto se terminarán de formar los nervios que conectarán los músculos para que ejerza movimientos más coordinados.
Su corazón sigue latiendo rápidamente para transportar la sangre a todo su cuerpo pero, ¿en dónde se están produciendo esos glóbulos rojos que lo conforman?
Sin duda alguna su sistema hematológico ya está mucho más avanzado, sin embargo, aún sigue estando muy lejos a como lo tiene un niño y un adulto. Resulta que sus hematíes se están sintetizando en la pulpa roja del hígado.
Lo normal es que después del nacimiento, la eritropoyesis ocurra en la médula ósea.
Cambios que experimenta la madre
Para esta etapa ya deberían haber desaparecido las náuseas y los vómitos, sin embargo podrían aparecer otras molestias, como ardor en el estómago o pirosis por el aumento de la progesterona. Esta permite el relajamiento del esfínter entre el esófago y el estómago de modo que los ácidos retornen hacia la faringe.
Además, por el mismo efecto hormonal, también se le ira formando una mancha vertical que empieza en el pubis y termina en el ombligo o incluso, un poco más arriba del ombligo.
Esto se debe al aumento de la melanina provocado por la progesterona. Esta mancha lleva por nombre “línea alba” y es completamente normal su aparición.
De hecho, no trate de buscar los medios para eliminarla, como usar cremas blanqueadoras y menos ahora que su piel se encuentra tan delicada por el proceso de gestación. Ella desaparecerá sola, una vez que haya sucedido el parto y los niveles hormonales se regulen nuevamente.
Sin embargo, para que no se intensifique su color, se recomienda utilizar protector solar y evitar exponerse mucho al sol.