Lo ideal es no dejar las cosas a último momento, por lo tanto, en la semana 36 de embarazo es bueno que vayas elaborando la maleta que llevarás para el hospital o clínica, ya que la fecha de parto prácticamente está encima de ti.
Trata de llevar cosas que sean lo más necesarias posible para no cargar equipamiento de más. Entre ellas podría ser ropa cómoda, pijama, cepillo dental, toallas y por supuesto la canastilla que has preparado para tu bebé.
Además de esto, no olvides incluir toda la documentación con los resultados de los últimos exámenes que te has realizado, como las ecografías y hematología completa para que los doctores puedan ver todo el seguimiento que has tenido en los últimos tiempos.
Si es posible, realiza todos estos pasos con tu pareja, podría servir de gran ayuda para no dejar nada olvidado.
Cambios en el feto
Los movimientos del feto se hacen menos intensos, ahora ya se le dificulta ejercer ciertas acciones que antes las podía realizar con completa normalidad. Esto se debe principalmente al alto crecimiento que ya posee a partir de la semana 36.
En la semana 36 del embarazo, el futuro bebé ya cuenta con una longitud de 46 centímetros y un peso promedio de 2.800 gramos.
A pesar de que sus órganos ya están actos para lidiar con el medio exterior, si nace durante este tiempo aún se le seguirá catalogando como “prematuro”. El límite de la prematuridad seria la semana siguiente, la semana 37 de gestación.
Casi todos sus órganos estarán muy avanzados y desarrollados en la semana 36, a excepción del sistema nervioso central y periférico que aún le faltan ciertos detalles para que logre realizar completamente su función.
Cambios en la madre
Probablemente en la semana 36 el feto ya haya descendido un poco, debido a su encajamiento en la pelvis, logrando disminuir los dolores costales y el reflujo gastroesofágico tras la ingesta de comida.
Sin embargo, continúan los dolores en la espalda y el aumento de volumen, especialmente en las extremidades.
Aunado a esto, es normal que el abundante flujo vaginal lo confundas con la rotura de la bolsa. Para diferenciarlo, el líquido amniótico es transparente y más acuoso, es decir, más líquido, mientras que el flujo vaginal es más espeso y de color blanquecino.
Este aumento de flujo se debe a las alteraciones hormonales, cuya finalidad principal es ir preparando el medio para cuando llegue el momento del parto.
¿Sientes muchas contracciones?
Seguramente son falsa alarma, así que no hay que angustiarse ni salir corriendo a un centro de salud. Como se comentó en semanas anteriores, las contracciones de Braxton- Hicks están a flor de piel durante estas semanas, por ende, hay que saber muy bien cuándo realmente están sucediendo.
Principalmente se sentirá una gran tensión en la parte baja del abdomen, sobre todo al caminar o al subir escaleras. Además, estas contracciones no son rítmicas, tampoco son extenuantemente dolorosas, ni aumentarán de intensidad así como lo hace las verdaderas contracciones del parto.
De esta manera se puede diferenciar cuándo hay una contracción falsa y cuándo no.